El acebo es uno de los arbustos más icónicos de la Navidad, conocidos por sus frutos rojos y sus hojas verdes brillantes. Para mantener su aspecto llamativo es importante conocer cuáles son las enfermedades más comunes en esta especie. Te enseñamos cómo cuidar el acebo para seguir llenando de encanto tus decoraciones navideñas.
Cancro, infección por hongos
Generalmente se debe a infecciones fúngicas que afectan el tejido del tallo. Estos hongos prosperan en suelos con mal drenaje y condiciones húmedas. Los cortes mal realizados o lesiones de jardinería, pueden proporcionar puntos de entrada para estos patógenos en el arbusto.
Pueden detectarse deformaciones en el tronco y manchas necróticas, decoloración o muerte del tejido circundante.
Es importante retirar y desechar las partes afectadas. Asegúrate de que el suelo tenga un buen drenaje para evitar el estancamiento del agua alrededor de las raíces y promueve una buena circulación de aire alrededor de los acebos, evitando la plantación excesivamente densa.
También puedes hacer uso de fungicidas para acabar con esta enfermedad.
Podredumbre de las raíces
La caída, el amarilleo y marchitez prematura de las hojas y la descomposición de las raíces pueden ser indicadores de que se han podrido las raíces. Esta es una de las causas más comunes y suele darse, de nuevo, por un riego excesivo y un mal drenaje del suelo. Para evitar esta afección, se recomienda trasplantar el acebo para mejora el drenaje, además de proporcionar un riego adecuado.
Clorosis por falta de nutrientes
Una aplicación insuficiente o errónea de sustrato puede derivar en un déficit de nutrientes en el acebo. La deficiencia de hierro o un pH inadecuado, pueden provocar la decoloración de las hojas, causada por la deficiencia de clorofila. El tono amarillento o palidez de las hojas es el mayor indicador de la clorosis.
La corrección del pH del suelo y el abono adecuado del acebo con productos ricos en micronutrientes, especialmente hierro es clave para propiciar un crecimiento saludable.
En términos generales, las claves para cuidar el acebo parten desde la propia elección del suelo, elige suelos bien drenados y ligeramente ácidos. Riega de manera regular y evita un exceso de agua para mantener la salud del suelo.
Inspecciona regularmente tus acebos en busca de signos de enfermedades y asegúrate de limpiar y eliminar las partes afectadas para prevenir la propagación de enfermedades.
Si las infecciones son muy graves, no dudes en buscar la orientación de profesionales en fitopatología.